jueves, 15 de mayo de 2014

ANGÉLICA GORODISCHER, o la capacidad de reinventarse

(Columna 10: publicada mayo 2014)

Para festejar la décima entrega de esta columna, hablaremos de la argentina Angélica Gorodischer. Desde los siete años supo que quería ser escritora. Aunque es conocida principalmente por su obra de fantasía y ciencia ficción, ha publicado libros muy diversos. Ha trabajado más allá de los géneros, ganado premios, dado clases y organizado simposios sobre creación literaria. Su escritura se caracteriza por la imaginación fascinante, el humor, el estilo intimista y la belleza del lenguaje. A lo largo de su vasta producción queda claro que la identidad (como mujer, como escritora, como artista) es el motor de una búsqueda constante.

Angélica Beatriz del Rosario Arcal nació en Buenos Aires en 1928. Sus padres, oriundos de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, volvieron a esa ciudad para establecerse cuando Angélica y su hermana Ana María eran pequeñas. Angélica ha vivido en Rosario desde entonces y muchas de sus historias están ambientadas allí.
A los 20 años se casó con el arquitecto urbanista Sujer Gorodischer, y decidió usar su apellido de casada para publicar. Al ser interrogada al respecto (sus ideas feministas son bien conocidas) aclaró que todos los apellidos son “de hombre”: de soltera se lleva el del padre y de casada el del esposo; incluso si se desea llevar el de la madre, en realidad se trata del apellido del padre de la madre. Está claro que para ella la identidad y la reivindicación de lo femenino pasan por otro lado.
Estudió en la Escuela Normal No. 2 de Profesoras en Rosario. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional del Litoral empezó a cursar una carrera, que abandonó para dedicarse a su familia (tuvo tres hijos). Trabajó de bibliotecaria en una editorial médica.
Tenía triple jornada: era esposa y madre, trabajaba fuera de casa, y además escribía. Se sentía culpable en relación a sus hijos, sentía que los abandonaba porque no estaba con ellos durante todo el día como otras señoras del barrio, y también se sentía culpable respecto a la literatura, porque sabía que eso era lo que quería hacer y no le podía dedicar todo el tiempo. Le dedicaba a sus hijos todo el tiempo que podía y a la noche, una vez que dormían y ella estaba agotada, sacaba la máquina de escribir de abajo de la cama, la ponía en una mesita y escribía hasta las tres de la mañana. Y al día siguiente, a las siete, se levantaba para ir a trabajar. Se dormía en todos lados. Con su esposo llegaron a pensar que estaba enferma. Consultamos con un endocrinólogo, que le dijo: "¿Sabe lo que tiene usted, señora? Sueño". (de la entrevista realizada por Claudia Selser, el 19 de diciembre de 2004, publicada en el diario Clarín)
Su carrera literaria comenzó en 1963, cuando ganó el primer premio del Club del Orden, que le significó la publicación de su primer libro, Cuentos con Soldados (1965), libro que escribió especialmente, creando historias basadas en las anécdotas que su padre, y los hombres de su generación, contaban acerca del servicio militar.
Y a partir de allí, los premios y distinciones la acompañarían a lo largo de los años, teniendo una relación intrínseca con su obra.
En 1964 ganó un concurso de la revista Vea y Lea con el cuento policíaco «En verano, a la siesta y con Martina», el primer cuento que había escrito.
En 1966 Minotauro publicó su novela "Opus dos", que transcurre en lo que parece un remoto futuro en los alrededores de lo que una vez fue Buenos Aires, ahora convertido en un campo arqueológico. Algo terrible ocurrió en el pasado, algo de dimensiones planetarias que casi acaba con la humanidad. De la supremacía blanca no queda nada, ahora son los negros los que dominan en la sociedad reconstruida. La historia se articula a través de nueve relatos que van describiendo los conflictos y la evolución de esa sociedad. Una alucinante transposición de nuestro propio mundo actual, que muestra en toda su crudeza los tabúes, las neurosis y las angustias impuestas por el racismo.
En 1973 Ediciones De la Flor publicó su libro de cuentos "Bajo las jubeas en flor", cuentos de ciencia ficción de un gran vuelo imaginativo. Este libro contiene uno de sus mejores relatos, brillantemente escrito: “Los embriones del violeta”, acerca de la imposibilidad de comprender lo diferente, específicamente la imposibilidad de los hombres para comprender la feminidad.
En 1977 apareció su libro de cuentos "Casta luna electrónica" (Andrómeda) y en 1979 una de sus obras más conocidas: "Trafalgar" (El Cid Editor), cuentos llenos de humor acerca de un particular viajante de comercio muy aficionado al café que dedica a comerciar con los más disímiles productos, pero no viaja entre provincias atravesando rutas interminables en un auto (como era usual en aquella época en Argentina y quizás en muchos otros lugares del mundo), sino entre planetas atravesando la oscuridad del espacio en su nave espacial.
En 1983 pareció "Mala noche y parir hembra" (La campana), libro de cuentos combativo, atravesado por el humor, absurdo, grotesco o irónico, acerca de la construcción de género y el lugar de la mujer en la sociedad.
Y también en ese año Minotauro publicó en Barcelona "Kalpa Imperial", una obra extraordinaria que le daría prestigio internacional.
Gorodischer escribió estos relatos durante el Proceso (dictadura militar que gobernó Argentina desde 1976 a 1983) y le llevó unos cuantos años. Tenía la intención de escribir ‘Las mil y una noches de occidente’. En él elaboraba todos esos temas de los imperios. Sin embargo, cuando terminó el libro, se dio cuenta de que había escrito un libro sobre el Proceso, sobre los militares, los generales, los emperadores, los usurpadores y los corruptos. (de la entrevista de Marianella Collette, en: Conversación al Sur. Entrevistas con escritoras argentinas, editorial Simurg, Buenos Aires, 2003)
En 1984 le fueron otorgados los premios Konex Diploma al Mérito en la categoría "Letras: ciencia ficción", Emecé por "Floreros de alabastro, alfombras de Bokhara" (novela de extraordinaria riqueza, que se publicaría al año siguiente), Sigfrido Radaelli al Mejor Libro de Narrativa por "Mala noche y parir hembra" (otorgado por el Club de los XIII) y el Premio Poblet a la Mejor Novela por "Kalpa Imperial".
En 1988 se publicó la novela "Jugo de Mango" (Emecé) y Gorodischer obtuvo la Beca Fulbright para concurrir al International Writting Program en la Universidad de Iowa, Estados Unidos.
En 1991 Ediciones De la Flor sacó su libro de cuentos "Las Repúblicas", y en ese año Angélica recibió el Premio Gilgamesh al Mejor Libro de Narrativa Fantástica por "Kalpa Imperial" y el Premio al Mejor Cuento Fantástico por "Retrato de la Emperatriz" (incluido en ese libro). También se le otorgó la beca Fullbright para dictar dos cursos en la University of Northen Colorado, Estados Unidos.
En 1993 Ediciones De la Flor publicó su novela "Fábula de la virgen y el bombero", y aparecieron su libro de cuentos "Técnicas de supervivencia" (editado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario) y su novela "Prodigios" (Lumen, Barcelona), escrita por encargo.
En 1994 le entregaron el prestigioso Premio Konex de Platino, en la categoría "Letras: ciencia ficción".
En 1996 la editorial Emecé publicó "La noche del inocente", y recibió el Premio Dignidad, otorgado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
En 1998 se publicaron en Buenos Aires "Esas malditas mujeres" (Ameghino) y "Locas por la cocina" (Biblos), escrito en colaboración con Virginia Haurie, Elvira Ibarguen, Hilda Rais y Ana Sampaolesi.
Recibió el Premio Bullrich, otorgado por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), a la mejor novela del trienio escrita por una mujer.
En 2000 apareció su libro "Cómo triunfar en la vida" (Emecé), ocho cuentos definidos por su estilo y por un tratamiento pseudo detectivesco. Recibió el Premio Esteban Echeverría.
En 2001 Emecé publicó su libro de cuentos "Menta" y en 2002 la misma editorial reeditó "Kalpa imperial" y publicó la novela "Doquier" (novela que se distancia de la novela histórica de moda en aquel momento, protagonizada por mujeres que atraviesan mares y tierras, sin someterse a su destino, capaces de cualquier cosa).
En 2003 apareció su libro de memorias "Historia de mi madre" (Emecé), un relato múltiple escrito en forma de diario, que narra la construcción de la identidad de la hija a partir y en contra de la figura materna. En ese año, 2003, también se publicó la traducción al inglés de "Kalpa Imperial", realizada por Ursula K. Le Guin, cosechando elogios de crítica y público.
En 2004 la Fundación Ross publicó en Rosario "Cien islas", una compilación de sus artículos y cuentos, y en 2005 la editorial Emecé publicó su gran novela "Tumba de jaguares", sobre escritores en el momento en que no pueden escribir.
En 2006 la editorial Edhasa publicó su novela "Querido amigo" y en 2007 aparecieron los textos "A la tarde, cuando llueve", publicados por la editorial Emecé. En ese año, 2007, recibió el Premio del Instituto de Literatura y Cultura Hispánica (ILCH) a la trayectoria.
En 2011 escribió “Diario del tratamiento”, en el que relata su lucha contra el cáncer que la aquejaba.
Gorodischer organizó tres simposios en Rosario sobre creación femenina bajo el título «Encuentro Internacional de Escritoras»: El primero, en 1998, el segundo en 2000 y el tercero en 2002. Ha dado más de 350 conferencias, sobre todo sobre literatura fantástica y sobre escritura femenina. Además, desde 1967 ha sido miembro de jurados de diversos premios literarios en Argentina y en otros países.
Actualmente sigue viviendo en la ciudad de Rosario, Argentina. Es considerada una de las tres voces femeninas más importantes dentro de la ciencia ficción en Iberoamérica, junto con la española Elia Barceló y la cubana Daína Chaviano, pero es obvio que a esta altura de su vida y su carrera tal calificación resulta poco abarcativa.
Si la han leído saben a qué me refiero, y si no lo han hecho, creo que es una gran oportunidad para que lo descubran.
Angélica Gorodischer es una escritora extraordinaria, una de las voces más brillantes, prolíficas y refinadas que podemos encontrar, su vasta obra es prueba de ello y resulta ineludible a la hora de considerar la mejor literatura.

C.J. CHERRY, o la aventura permanente

(Columna 9: publicada 14-03-2014)

Cherryh comenzó a escribir historias a los diez años, frustrada porque dejaron de pasar en TV su serie favorita, Flash Gordon. Es una de las escritoras de ciencia ficción más prolíficas de la actualidad. Desde que en 1976 publicara sus dos primeras novelas, ha escrito más de sesenta obras. En 1977 recibió el Premio John W. Campbell al mejor autor novel, le siguieron tres Premios Hugo, un Premio Locus y un Premio Skylark por toda su contribución a la ciencia ficción. Sus libros y sagas generalmente se centran en el extraterrestre como protagonista, y lo diferente de su modo de pensar respecto a los humanos (como en su saga de Chanur), o en sutiles conceptos de especulación científica como la psicogénesis (Cyteen). También ha escrito fantasía (Paladín) o fantasía mezclada con CF (la saga de Morgana).
El Asteroide 77185 Cherryh, descubierto el 20 de marzo 2001, fue nombrado en su honor.

Caroline Janice Cherry(h) nació el 1 de septiembre de 1942 en St. Louis, Misuri, Estados Unidos.
Estudió en la Universidad de Oklahoma donde, además de su formación en antropología, historia clásica, arqueología y lingüística, se dedicó a aprender por su cuenta ciencias como la física, la genética y otras. En 1964, recibió una Licenciatura en Artes, Licenciatura en América de la Universidad de Oklahoma, con especializaciones académicas en  arqueología,  mitología e historia de la ingeniería. En 1965, recibió una Maestría en Artes, grado en Clásicos, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland. También se especializó en esgrima y tiro con arco.
Después de la graduación, Cherryh enseñó latín, griego antiguo, los clásicos y la historia antigua en la John Marshall High School, una secundaria pública de la ciudad de Oklahoma. Su pasión era la historia, la religión y la cultura de la Roma y la Grecia antigua. Durante los veranos, dirigía visitas de estudiantes a las antiguas ruinas de Inglaterra, Francia, España e Italia. En su tiempo libre escribiría, utilizando la mitología de Roma y Grecia como escenarios para sus historias del futuro. 
Cherryh no siguió la trayectoria profesional típica de los escritores de CF de ese momento, que primero publicaban cuentos en las revistas de ciencia ficción y fantasía, y luego progresaban a novelas. De hecho, Cherryh no se propuso escribir historias cortas hasta después de que tuvo varias novelas publicadas.
En cambio, escribió novelas en su tiempo libre de la enseñanza y presentó estos manuscritos directamente para su publicación. Al principio no tuvo mucho éxito. Incluso se vio obligada a volver a escribir algunas de sus primeras obras cuando varios editores perdieron los manuscritos que ella les había enviado. Volver a escribir a partir de copias de carbónico era más barato que pagar las fotocopias, y, en efecto, la obligó a reescribir esos manuscritos perdidos (usar carbónico para hacer al menos una copia de un manuscrito era una práctica usual antes de la popularización de las computadoras). 

Su gran éxito llegó en 1975 cuando Donald A. Wollheim compró dos manuscritos que había presentado a la DAW Books: La Puerta de Ivrel y Hermanos de la Tierra. Las dos novelas fueron publicadas en 1976 y ganaron reconocimiento inmediato, valiéndole a Cherryh el Premio John W. Campbell al mejor escritor novel.
La Puerta de Ivrel (el primero de la Saga de Morgana) narra el viaje de Morgaine, Margen-Angharan, según los pobladores de otros mundos, una heroína guerrera de tintes legendarios y míticos. Su belleza y la destreza con las armas la colocan a la altura de los viriles paladines de las novelas de caballería. En este primer libro conoce a Vanye, quien se convertirá en su compañero y escudero fiel, ligado a ella por un juramento y un estricto código de honor, después de haber sido expulsado de su clan por homicida. Pero en este mundo de fantasía épica también existen las Puertas Intemporales, escombros de una civilización olvidada, restos de una tecnología que nadie comprende ni sabe cómo recrear, tecnología indistinguible de la magia.
Aunque no todos sus trabajos han sido publicados por DAW Books, durante este primer período Cherryh desarrolló una fuerte relación con la familia Wollheim y su editorial; con frecuencia viajaba a  Nueva York y se quedaba con los Wollheims en su casa familiar, en Queens. De hecho, fue Donald quien le sugirió agregar la h al final de su apellido, para que no pareciera el de un autor de novelas románticas, y usar sólo las iniciales de su nombre para disimular el hecho de que era mujer, en un momento en que casi todos los escritores de CF eran hombres.
Publicó otras seis novelas antes de que terminara la década de los ´70. 
En 1979, su cuento "Cassandra", basado en una versión moderna del mito griego, ganó el Premio Hugo al mejor cuento corto y Cherryh dejó de enseñar para dedicarse de lleno a escribir. 
Sus obras se dividen en varias esferas y arcos narrativos, sobre todo en torno al universo de la Alianza-Unión: La saga de Morgana (cuatro novelas publicadas entre 1976 y 1988), la de Chanur (cinco novelas publicadas entre 1981 y 1992) y la de Foreigner (catorce novelas publicadas entre 1994 y 2013, con la quinceava pendiente de publicación), que junto con otros libros independientes suman veintisiete novelas y siete recopilaciones de cuentos.
Debido a su variada y prolífica producción, es difícil clasificar la escritura de Cherryh como parte de un solo subgénero de la ciencia ficción o la fantasía. Se describe generalmente como space ópera, sobre todo por obras como la saga de Chanur (Pyanfar Chanur protege al humano Tully, él es el extraño en la nave de leones antropomorfos y estructura jerárquica matriarcal en la que debe refugiarse para huir de los Kif, en una compleja trama de intereses comerciales y políticos). Pero las novelas de las Guerras de MRI también son ejemplos del subgénero de la ciencia ficción militar. La serie Merovingen Nights tiene lugar en un solo planeta y cuenta con héroes de capa y espada y bajos niveles de tecnología, lo mismo que la saga de Morgana, en un tiempo y espacio remotos respecto de la secuencia principal, y también pueden calificarse como fantasía científica. La novela Voyager in night también incluye elementos de horror. Y por libros como La Estación de los bajos fondos y Cyteen, también se la ubica dentro de ciencia ficción dura.
En Cyteen, uno de los aspectos que más llama la atención son los supuestos documentos científicos que se intercalan con los capítulos de la novela. Forman parte de la acción del mismo modo que los capítulos narrativos y la información contenida allí es la base especulativa de la historia, que gira en torno a la posibilidad de clonar no sólo aspectos físicos comunes de los seres vivos, sino también sus personalidades, sus inclinaciones de temperamento, su inteligencia creativa, su inteligencia analítica (psicogénesis), y aún más allá, la posibilidad de diseñar desde un laboratorio seres humanos completos. Los clones no son simples repeticiones de seres humanos, sino criaturas con complicados mapas genéticos que involucran sus tendencias psicológicas y sus inteligencias, y el impacto que pueden causar a mediano y a largo plazo en las comunidades mismas. Cherryh logra hacer de eso una posibilidad creíble y por lo tanto muy inquietante.
En todos los casos Cherryh crea culturas, especies y perspectivas tan exóticas como creíbles, llevando al lector a reconsiderar supuestos básicos sobre la naturaleza humana. Sus mundos son complejos y realistas, y los presenta a través de la implicación en lugar de la explicación, utilizando para narrar una tercera persona muy cercana al personaje, metida en sus impresiones y pensamientos, comparable a una narración de corriente de pensamiento, y a menudo describe las dificultades de traducir / expresar conceptos entre diferentes idiomas. Esto se ve claramente tanto en la saga de Chanur como en la de Foreigner.
En cuanto a sus temas, a menudo se centra en las instituciones (civiles, políticas, militares) y en el papel del individuo dentro de la sociedad; también, en la exploración de los roles de género. Sus personajes revelan fortalezas y debilidades, independientemente de su género, aunque sus protagonistas femeninas se presentan como especialmente capaces y determinadas, y muchos de sus personajes masculinos son retratados como dañados, maltratados, o vulnerables de algún modo.
Cherryh ha descrito el proceso que utiliza para crear sociedades exóticas para su ficción como similar a hacerse una serie de preguntas, y dejar que las respuestas a estas preguntas determinan diversos parámetros de la cultura alien. Algunas de las cuestiones que considera fundamentales: 
  • El entorno físico en el que viven las especies
  • La ubicación y la naturaleza de sus viviendas, incluyendo las relaciones espaciales entre las viviendas
  • La dieta de las especies, método(s) de obtener y consumir los alimentos, y las prácticas culturales con respecto a la preparación de las comidas y el comer (si lo hay)
  • Los procesos que utilizan para compartir conocimientos
  • Costumbres e ideas con respecto a la muerte y el morir, el tratamiento a sus muertos y la vida eterna (si los hay)
  • Cuestiones metafísicas relacionadas con la autodefinición y el concepto que tiene del universo que habitan
A la edad de setenta y un años, C.J. Cherryh sigue escribiendo, le gusta viajar, patinar (sí, patinar) y
regularmente hace apariciones en convenciones de ciencia ficción.
Actualmente vive cerca de Spokane, Washington, compartiendo casa con la artista y escritora de ciencia ficción y fantasía Jane Fancher (Fancher ha publicado seis novelas de ciencia ficción y fantasía, así como dos historias cortas. También realizó la adaptación de La Puerta de Ivrel a novela gráfica).
El blog de Cherryh es:
“Ola sin orilla”, un nombre muy apropiado, ¿no les parece?